Es uno de los ejemplos mejor conservados de patio residencial medieval en la ciudad de Barcelona. Pese a las intervenciones barrocas y las restauraciones más contemporáneas, este patio ha conservado un gran número de elementos originales
Tanto los llamados ajimeces con arcos de medio punto como la escalera, una de las más representativas del gótico catalán, indican que se construyó hacia el siglo XIII.